Qué ver en A Coruña (3): Naturaleza y paisaje

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A Coruña no destaca únicamente por su interés arquitectónico o gastronómico, sino que también es una tierra con un paisaje increíble. La naturaleza gallega es, sin duda alguna, maravillosa y fascinante, desde sus playas a sus montes, verdes y antiguos. Sin olvidar, por supuesto, la fauna que los habita: aves, mamíferos…de todos los tamaños y colores. Así, en A Coruña podemos encontrar acantilados, islas y miradores únicos y fascinantes.

Por eso, seguimos la estela de las entradas anteriores, en las que se expusieron diferentes elementos de interés para el visitante que se acerque a la zona de A Coruña. Bien fuesen construcciones o puntos de interés gastronómico, tenían en común que la mano que los hizo posible ha sido la del ser humano. En esta entrada vamos a hablar de ese otro tipo de puntos de interés, aquellos labrados por el mar y el viento a lo largo de cientos de años, conformando nuestro paisaje.

Monumentos con los que ya se maravillaron nuestros antepasados y que está en nuestra mano preservar para que lo sigan haciendo nuestros descendientes. A continuación, vamos a hacer un viaje por algunos elementos del paisaje que podemos encontrar a sólo unos minutos de navegación desde A Coruña, y que vale la pena conocer.

Torre de Hércules, A Coruña y la ría de Betanzos vistos desde el Monte de San Pedro
Paisaje alrededor de A Coruña, desde el Monte de San Pedro

Islas de San Pedro

Situado frente al puerto de Portiño, muy cerca del centro de la ciudad de A Coruña, y formando un impresionante conjunto paisajístico junto al monte de San Pedro, este archipiélago formado por cuatro islas mayores y unos cuantos islotes (Illa do Vendaval, Illa do Pé, As Tres Illas, O Aguillón y los islotes de Os Fernandiños, O Rompedeiro y O Merlón) está situado a unos escasos 250-350 metros de la costa.

La superficie total de las islas ronda las 7 hectáreas, y la altitud está en torno a los 12 metros. Son islotes graníticos y, a pesar de que sus contornos son muy irregulares debido a las cambiantes fuerzas de la erosión, su superficie es bastante plana, permitiendo que crezca una importante cubierta herbácea en el centro de las islas, cuyo paisaje se puede observar en las imágenes.

Este archipiélago es un importante refugio de biodiversidad, sobre todo en el número de especies y aves que las frecuentan, y es una zona de gran riqueza pesquera y marisquera. Debido a esto, el ayuntamiento de A Coruña está llevando a cabo diferentes medidas para la conservación del archipiélago, como la prohibición del atraque de embarcaciones que no pertenezcan a profesionales del mar, la prohibición de introducir animales en las islas o la realización de campañas de desratización para evitar el ataque de ratas a los nidos de las aves nidificantes.

Detalle del paisaje de dos de las Islas de San Pedro, con la cubierta herbácea estival
Detalle del paisaje de las Islas de San Pedro

Monte de San Pedro

A pocos minutos hacia el oeste del centro de la ciudad, nos encontramos con el monte de San Pedro, una elevación de 140 metros que se levanta al borde del mar, conjuntando así un paisaje rocoso y verde.

Durante el siglo XX, el uso del terreno fue la de instalación militar, pero en la actualidad se encuentra habilitado como parque, con diferentes instalaciones de interés: el laberinto vegetal, el estanque, cafetería y muestras de equipamiento militar, como cañones y baterías. Además, cuenta con varios puntos desde donde se pueden admirar unas vistas privilegiadas, entre las que se encuentra el Mirador de San Pedro, desde el que se pueden observar en detalle las Islas de San Pedro.

Por el lado oeste de la elevación podemos observar las olas golpear las citadas islas y a la costa extenderse hasta el horizonte. Si miramos hacia el este podemos observar la costa de Riazor y de la península dónde se asienta la ciudad de A Coruña, que sigue hasta llegar a la Torre de Hércules y, por detrás de ella, llegamos a avistar las entradas de las rías de Ferrol y Betanzos, que junto con la Ría de A Coruña, conforman el Golfo Ártabro. Así, este monte con su localización privilegiada permite observar las combinaciones de paisaje que rodean A Coruña.

Por todo esto, es altamente recomendable la visita a este punto, ya que nos permite con sólo una mirada comprender el contexto geográfico que hace que la ciudad de A Coruña se encuentre tan íntimamente ligada al mar, tanto en la actualidad como a lo largo de toda su historia. Sin olvidar que este parque es una localización ideal para meriendas y almuerzos en la naturaleza, disfrutando de la brisa marina y las caricias del sol.

Ría de O Burgo

También llamada Ría de Coruña, es la ría más suroccidental del Golfo Ártabro. Buena parte de la costa del ayuntamiento de A Coruña se encuentra bañada por esta ría, así como las de los ayuntamientos de Culleredo, Cambre y Oleiros.

A lo largo de sus orillas, se pueden apreciar las fisionomías de las diferentes poblaciones que miran al mar a través de ella, y también es posible recorrer los numerosos paseos que transitan por sus márgenes.

En la actualidad sufre de diferentes problemas ambientales sobre las que se están tomando diferentes medidas. Ejemplos de éstas son el dragado del exceso de sedimentos arrastrados por el río Mero (el cual desemboca en la ría) y por las corrientes, o el estricto control de las industrias del entorno para evitar los vertidos incontrolados que se dieron por décadas, que hicieron que en algún momento las aguas de esta ría llegaran a ser de las más contaminadas del país.

Actividades de dragado de los excesos de sedimentos acumulados en la ría de A Coruña
Dragado del exceso de sedimento en la ría de A Coruña

Costa de O Dexo

Cruzando la ría de A Coruña y bordeando el litoral en dirección noreste, nos encontramos con la conocida como costa de O Dexo. Se extiendo desde el faro de Mera (del que ya hemos hablado en una entrada anterior) hasta el puerto de Lorbé, una pequeña localidad marinera.

A lo largo de este fragmento de costa se pueden encontrar innumerables acantilados de rocas metamórficas que se meten en el mar, furnas, playas, arrecifes y pequeños islotes rocosos, que en conjunto crean un paisaje muy singular a lo largo de unos once quilómetros. Destacan las formas muy dispares que aparecen por las rocas, creadas por la erosión y por los diferentes tipos de afloramientos y vetas que las conforman, entre las que destaca la veta de cuarzo blanco en el lugar de Seixo Branco, por ejemplo.

Ésta también es una zona de gran biodiversidad, destacando la presencia del cuervo marino crestado (Phalacrocorax aristotelis). Esta ave marina de color negro es propia de la costa atlántica. Es habitual encontrarlos en las zonas de costa y acantilados secando sus alas al sol, en una posición curiosa y característica.

Así, debido a su riqueza geológica y biológica, la costa de O Dexo fue declarada Zona de Especial Conservación, destacando la importancia del paisaje, pero también de su riqueza biológica y cultural.

Para aquellos visitantes que se acerquen por tierra, es casi obligado el paso por el Aula do Mar, situada en los faros de Mera. En esta instalación existen diferentes exposiciones permanentes en las que adquirir conocimientos sobre la fauna, geomorfología y sociología de la zona. También existen rutas de senderismo que recorren toda la línea de costa para poder disfrutar de las maravillas de su paisaje con todo el tiempo del mundo.

Acantilados de Garita Herbeira

Al norte de la provincia de A Coruña, donde la sierra de Capelada se encuentra con el mar, se alzan los imponentes acantilados de Garita Herbeira, los cuales tienen la distinción de ser los más altos de Europa continental, llegando a levantarse 613 metros sobre las aguas. Este paisaje sobrecogedor, que encontramos entre los ayuntamientos de Cariño y Cedeira, son el resultado de los choques de las placas tectónicas que formaron Pangea hace cientos de millones de años, los cuales produjeron cientos de quilómetros de cordilleras gigantes, de las cuales en nuestros días quedan restos como estos acantilados.

En ellos podemos observar vestigios de la época glacial, encontrando zonas con erosión en forma de U, tan típica de los valles glaciares, y de las morrenas que formaron los sedimentos que arrastraban las masas de hielo. Como colofón a todos estos eventos de formación y erosión glacial, todas las rocas de la zona sufren el envite constante del mar y de los fuertes vientos, por lo que podemos apreciar los típicos efectos y formas de la erosión marina.

En esta zona también hay maravillas como la playa de Teixidelo, que sin ser de origen volcánico tiene la peculiaridad de poseer arenas negras. También se encuentra aquí la catarata de Teixidelo, cuyas aguas se precipitan 50 metros para caer directamente en el mar.

La vegetación de estos acantilados es herbácea o arbustiva, ya que los fuertes vientos no permiten que las plantas alcancen portes altos. También es una zona en la que podemos observar muchas especies de aves marinas, que recorren la zona en sus rutas migratorias.

En la zona más alta se encuentra la garita de vigilancia de Herbeira, la cual da nombre a los acantilados y que tiene su origen en el siglo XVIII, cuando se creó una red de estas estructuras por toda la costa norte de la provincia.

Sin duda es una zona que merece la pena visitar varias veces en diferentes épocas del año, ya que la climatología del momento cambia drásticamente la cara que nos ofrecen los acantilados, desde la fuerza de las olas rompiendo en ellos en días de temporal hasta el misticismo que produce la niebla cuando cubre las partes más altas de estas magníficas paredes de roca.

Vistas y paisaje de la cara oeste desde el Mirador de San Pedro
Vista occidental desde el Mirador de San Pedro

Para conocer estas muestras de la diversidad biológica y paisajística del Golfo Ártabro y de las costas de A Coruña, puedes hacer la ruta en barco de la biodiversidad ártabra, ofrecida por Marabaixo. En ella podrás conocer A Coruña con una perspectiva distinta e inolvidable, conociendo tanto la ciudad como la naturaleza que la rodea.