Finalizamos nuestro recorrido por A Coruña en esta entrada, refiriéndonos a los siglos de historia que perfilan esta ciudad. La llamada Ciudad Vieja agrupa iglesias, calles empedradas, parques y plazas que merecen un buen paseo para conocerlos y descubrir así esa historia barroca y medieval.
Hasta ahora descubrimos que A Coruña es una ciudad estrechamente unida al mar, con tascas y restaurantes que hacen de los productos marinos no solamente una fuente de alimentos, sino incluso la materia prima de un arte. También recorrimos la naturaleza y sus costas y paisajes. Por último, dimos a conocer la gran cantidad de fiestas, ferias y conciertos que animan durante la mayor parte del año a aquellos que habitan y visitan esta ciudad.
Por todo esto, sabemos que A Coruña es una ciudad moderna y cosmopolita, muy vinculada al mar y la naturaleza. Recorriendo sus calles y avenidas nos vemos absorbidos por los sonidos y el ambiente producidos por el continuo ir y venir de personas y vehículos en el ajetreo de la vida diaria. Tiendas, eventos, luces, multitudes, ocio nocturno… son aspectos muy buscados por los amantes de las grandes urbes y A Coruña es, sin duda, uno de los mejores ejemplos que podemos encontrar en Galicia.
Pero la ciudad conserva una opción que es perfecta para aquellos momentos en los que se desea huir de esta algarabía, buscar unas calles tranquilas apenas recorridas por tráfico rodado y donde poder aprender historia a cada paso, con multitud de monumentos y rincones singulares. Nada más cruzar la plaza de María Pita empieza la Ciudad Vieja, en la que, bajo nuestros pies, el asfalto y los enlosados dejan paso al adoquinado: el casco viejo de la ciudad de A Coruña.
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Un poco de historia sobre la Ciudad Vieja
Durante años esta zona de la ciudad, donde estaba el asentamiento original de Brigantium, estuvo abandonada ya que, dada su localización a la orilla del mar en una de las penínsulas de A Coruña, era atacada constantemente por vía marina. No fue hasta 1208 cuando Alfonso IX decidió reconstruirla y trasladar allí a la gente que vivía en zonas más protegidas del interior.
En el siglo XIV se levantó una muralla que protegía la ciudad ante las invasiones externas, como la del inglés Francis Drake en 1589. Con el paso de los siglos y las innovaciones militares, las murallas se fueron deshaciendo para permitir la expansión de la ciudad y para aprovechar sus piedras en otras construcciones. En la actualidad podemos encontrarnos con algún resto de la misma, como alguna de sus puertas.
Debido a la importancia que adquirió la ciudad como centro de comercio y por ser uno de los puntos de partida de los peregrinos que deseaban alcanzar Compostela por el camino inglés, apareció la necesidad de proveer la ciudad de múltiples edificaciones de índole religiosa. Muchas de estas edificaciones perduran hasta nuestros días y podemos apreciarlas prácticamente idénticas a como se construyeron.
El incremento de la relevancia de la ciudad también impulsó la construcción del Castillo de San Antón, el cual en la actualidad acoge un museo en el que se muestran e ilustran elementos claves de la historia de la ciudad. Cerca del castillo encontramos la tumba de John Moore, un general inglés que fue clave en la defensa contra los franceses en las guerras napoleónicas.
A continuación, pasaremos a sumergirnos en la historia de alguno de estos monumentos, que juntos conforman una maravillosa ruta para conocer la Ciudad Vieja de A Coruña.
Iglesia de San Jorge
Esta iglesia, localizada en el centro de A Coruña, al lado de la Plaza de María Pita y del Mercado de San Agustín, es de estilo barroco. Fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 1975.
Su construcción fue larga y compleja, entre 1693 y 1906, no estando siempre localizada en el mismo lugar. Durante un tiempo, el templo que conocemos (o por lo menos una parte) estaba situado en lo que hoy es el Teatro Rosalía de Castro y oficinas de la Diputación Provincial.
Hasta que fueron expulsados de la Península por Carlos III, esta iglesia estuvo ocupada por la Compañía de Jesús. Después y hasta 1838 fue la Compañía de los Agustinos los que la utilizaron como convento.
En su interior cabe destacar la imagen de la Virgen de los Dolores, mientras que en su fachada principal destacan sus enormes columnas, que recuerdan a construcciones de Santiago de Compostela.
Castillo de San Antón
Esta antigua fortaleza del siglo XVI, de la que ya hemos hablado en entradas anteriores, está localizada en el extremo exterior de la Ciudad Vieja y fue utilizado como edificio defensivo, prisión y lazareto.
Es considerado Monumento Histórico Artístico desde el año 1946 y Bien de Interés Cultural desde 1994. Desde 1968 en su interior se localiza el Museo Arqueológico e Histórico de A Coruña.
Entre las colecciones de este museo destacan ya en el exterior los patios y jardines, en los que aparecen obras escultóricas y heráldicas como muestra de la historia de la ciudad. En su interior encontramos muestras del origen de la ciudad y de Galicia, mapas y pruebas de antiguas batallas y objetos de la historia más reciente. También son interesantes y diferentes sus murales, con una visión muy especial de la historia de A Coruña.
Cerca de esta edificación encontramos a nuestra embarcación, la Punta Pragueira, desde la que se puede disfrutar de una visita excepcional del Castillo en una de nuestras rutas.
Tumba de John Moore
En el Jardín de San Carlos, muy cerca del Castillo de San Antón en la Ciudad Vieja, se encuentra la tumba de John Moore. Este jardín está rodeado por murallas pertenecientes a la antigua fortaleza que se situaba en esa localización y su distribución está diseñada alrededor de la tumba.
El general inglés John Moore murió tras las heridas recibidas en la Batalla de Elviña en 1809, durante la Guerra de la Independencia. Moore trató de parar a las tropas francesas hasta poder reembarcar a las tropas inglesas que estaban luchando en esta zona de la costa.
La localización tan concreta de la tumba se debe al deseo personal del militar, que quería descansar en el sitio en el cual cayó durante la batalla, en lo que ahora es la Ciudad Vieja.
Iglesia de Santo Domingo
El convento de los dominicos está situado en la Ciudad Vieja y se construyó en el siglo XIII y, tras su destrucción a manos de los ingleses en el 1589, fue reconstruido en el siglo XVII. Su estilo es barroco y de la construcción original quedan en la actualidad dos capillas.
Destaca visualmente una de las torres, que aparece girada respecto a la fachada del edificio. El motivo es que esta torre tiene una orientación de la fachada que es oblicua con respecto al templo, por lo que esta torre en realidad está alineada con la iglesia.
La iglesia, también de estilo barroco, pertenece al propio convento.
Colegiata de Santa María del Campo
Iglesia cristiana declarada Bien de Interés Cultural en 1931, que se localiza próxima a unos de los extremos de la Ciudad Vieja. Su origen es románico tardío y en su arquitectura aparecen también influencias góticas.
Una bula papal en 1441 hizo que desde entonces fuese considerada colegiata y antiguamente era la iglesia del gremio de los mareantes, por lo que también se le conoce con el nombre de Santa María del Mar. La edificación tal como la conocemos actualmente, aunque sujeta a reformas posteriores, data de 1899, mientras que su origen se supone en el siglo XII.
Plaza de Azcárraga
Plaza de la Ciudad Vieja situada pegada a la Plaza de la Constitución, también conocida como Plaza de la Harina y del Mercado en distintas épocas. Durante varios siglos fue la plaza principal de la ciudad, con varios edificios oficiales.
Destaca en su centro la Fuente del Deseo, construida en 1870. Muestra la figura de una mujer en bronce, representación del deseo, con un farol en la mano derecha. Durante años esta fuente fue utilizada como abastecimiento de agua, y hoy en día se mantienen los asientos para los recipientes utilizados. En cuanto a sus árboles, destacan los plátanos y fresnos, que llevan plantados desde hace más de 120 años.
Esta plaza está justo al lado de la Iglesia de Santiago, así como del antiguo edificio de la Capitanía General.
Iglesia de Santiago
Esta iglesia, la última parada de nuestro recorrido por la Ciudad Vieja, es un templo románico y a día de hoy está datada como el segundo monumento más antiguo de A Coruña. Fue construida alrededor del siglo XII, por lo que solamente la supera en antigüedad la Torre de Hércules, de la que tiene partes conservadas desde el siglo II después de Cristo.
Desde el año 1972 está considerada como Monumento Histórico Artístico, destaca especialmente que tiene una figura de la Virgen embarazada, así como una alimentando al niño Jesús. También destacan sus representaciones de Santiago Apóstol, sobre todo la situada sobre la puerta principal del templo.
Pese a que ha sufrido varios incendios y sucesivas modificaciones a lo largo de los siglos, es indiscutible su edad, así como como su interés artístico e histórico.
Si quieres saber más sobre la ciudad de A Coruña, su patrimonio e las posibilidades que ofrece, puedes visitar la página de turismo de A Coruña.
Y, ya sabes, si quieres disfrutar de un paseo único en las costas de esta ciudad, para descansar los pies tras este recorrido por la Ciudad Vieja, no dudes en viajar con nosotros en nuestro galeón.